"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-
se escribe como se habla se escribe como se es el alma

miércoles, 26 de agosto de 2009

Sonriéndome con todas las ironías de Kafka en "Josefina la cantora o el pueblo de los ratones" y riéndome francamente con "Un hombre irascible" de

Chejov y la Narinka, Barinka, Mascinka que describe, y la tarea tan absolutamente trascendente "El pasado y el porvenir del impuesto sobre los perros" que se propone tan inútilmente el desgraciado protagonista.
Aunque hemos de rectificar a Chejov, en cuanto a que sean únicamente "señoritas de diversos matices" y nombres tan absolutamente terribles como para que uno solo, Mascinka, se convierta en tres, las que interrumpan las importantes tareas de escribir, sean éstas tan enjundiosas como ese pasado y porvenir de un impuesto sobre los canes (no sabía bien él, Chejov, cuánto impuesto y demás cargas conducentes a que no puedas salvar la vida de ningún desgraciado chucho, depararía en un futuro esto de los perros) Hemos de rectificarle y decir que no únicamente a los pies del balcón aguardan esos desgraciados interruptores que dios confunda, y no sólo señoritas, sino de todos los géneros y edades y desde todas las esquinas de la vida, desde dentro de tu hogar y fuera, más en un mundo tan impresentable, cual el que él describe, y tan inculto, como desinformado a pesar de que ahí, informaciones, tenemos la más peligrosa fuente de "señoritas de diversos matices", Varinkas o Mascinkas, interruptoras de todo reconfortante trabajo intelectual.
Mas lo bueno de nuestros tiempos es que no nos vemos de un día para otro casados con aquellos que nos interrumpen sólo por estar distraídos conteniendo la irascibilidad que ello nos produce. Este casamiento, del cual casi ni se apercibe, por estar ocupado en contenerse, el protagonista de Chejov, forzado casamiento con la fuente de tu irascibilidad, nos recuerda esos otros casamientos a los que se fuerza a las mujeres violadas no sólo en las sociedades islámicas sino en las ya tan en la onda del mundo sociedades de algunos de los países sudamericanos.

Contado en la onda de para reírse, cuando, aplicado a tu vida, es algo para llorar... ¡Mascinkas mí@s INTERRUPTORES DE DIVERSOS MATICES! ¡Y de toda la vida! Interruptores. ¿A qué no le interrumpen así un coito a nadie? Cosa que hubiese agradecido seguramente en su noche de bodas el desgraciado protagonista de este cuento.
Grupo poético de Sombra & Sombra Dentro de mí con ella que es yo El extraño caso de una generación fundándose a sí misma.
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