"La rebelión es mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos" Alejandra Pizarnik-en esta vida

"Solo veo rosas" Alejandra Pizarnik-más allá de esta vida-
se escribe como se habla se escribe como se es el alma

viernes, 24 de octubre de 2008

Y entonces Bach

Tú mi poesa rusa, que ni argentina quiere ser ni poeta ni femenina, masculina Kolikovski, pues tampoco quiere ser Pizarnik, te gusta más tu abuela paterna que tu abuelo, en el Otro Lado que los conociste ya que los masacraron aquí; tú que te ponías a Bach para apagar con él el griterío infame de los vecinos y sus sempiternos niños, yo me lo pongo hoy, ahora (si es que el reproductor windows me deja reproducir con el que prefiero, lo cual no, y he de hacerlo desde el windows de los cojones, pues así se le impone a mi privacidad y sus derechos desde el internet dominado por las compañías que sabemos, la propietaria del windows una) para apagar, aparte del griterío de los juegos por internet de la juventud descerebrada y así conducida, a ese abismo de degeneración por los propietarios de todo, uno de ellos antes mencionado, estados delincuentes de la Tierra en íntima colaboración, para apagar los gritos de mi propio silencio, mi silencio tan poblado que si abierto fuese, no les extrañaría que se les viniese encima ese Día tan esperado con su Última Hora a todos estos manejantes que también juegan con ello, ese Último Día, para entretener:adocenar con el mismo a las masas.

Una lágrima me rodaba por la mejilla recordando que alguien, y a mi sola conciencia, alguien como tú y desde su muerte, ha querido gritar al sucio mundo todo cuanto se llevó, rencor hacia esta sucia Tierra, sus habitantes que la ensucian, pues del amor más verdadero hacia la Tierra están tus preciosas palabras testimoniando "Abrazada a la Tierra gritando un nombre", "y que me sobrevuela como un millón de soles", las hermosuras del Jardín arruinado que es el mundo, arruinado por los parásitos de sus habitantes; una lágrima recordando que tan pobremente, a mi sola conciencia, hayas podido decir desde tu Otro Mundo, la cuenta pendiente que te llevaste de éste, testimoniando tu deseo de no querer ser ni poeta, ni argentina, y ni siquiera femenina, asco de nuestro género como de lo peor, lo peor: sin lugar a duda todo lo acomodaticio, ¿y qué más acomodaticio que la mujer, esa que jamás luchó por su auténtico lugar en el mundo sino que se lo dejó imponer?

Una lágrima también, de desesperación entre mis papeles, mi ingente trabajo que bien pudiera AHOGAR AL MUNDO, si el llanto no, si no los diluvios, si no la codicia de los poderes que arriba mencionábamos y sus múltiples servidores. Una a una tomadas de la mano por los rabillos de sus vocales-consonantes mis palabras bien pudieran fabricar una soga de ahorcado para meter en ella la entera cabezota del abigarrado mundo. Ya que para cosa otra le sirven a su autora, bien le diéramos ese fin, de poder, ese fin de poder: El fin del Fin, el fin de poder acabar con todo, que le dedicase a mi hermana como título de libro.

Aquí metida entre grados, metros, longitudes de onda, todo lo hasta hace dos días o dos años, o tres, o cuatro, dominado, y ahora como si hubiese perdido la memoria intentando recuperar todos esos conocimientos básicos.
Esos conocimientos que corren un velo, tupido velo sí aquí, impenetrable velo, entre tu Mundo y el mío, entre tu dimensión, que tú, pobre muerta, "pobre muerta" según te ven aquí, has intentado traspasar, no en mi honor sino en tu nombre, en el del rencor que te llevaste hacia el mundo que te SUICIDIOASESINÓ TAN IMPUNEMENTE, tan impunemente como suicidioasesinó a tantos, o asesinó sin tapujos de suicidios enmascarando la criminalidad; que tú has intentado traspasar sin lograrlo, que yo intento traspasar y lo mismo.

Pero ha de caer, esta máscara de ignorancia ha de caer, estas ataduras de la impotencia...
Pero has de emerger de nuevo y en tu mundo, y no solamente en mi alcoba. Espacio y sus longitudes de onda confinadas en sí mismas, masa propia propio espacio. Has de emerger, he de emerger, no más en el fondo del mar los muertos y los antiguos habitantes de la Tierra, y los modernos, todos en el fondo del mar, no los fallecidos que expresa la Biblia, todos en el fondo del mar estamos, ahogados por nuestra ignorancia, por las lágrimas de impotencia o las risotadas inmundas sonrisitas igual de la prepotencia.
Grupo poético de Sombra & Sombra Dentro de mí con ella que es yo El extraño caso de una generación fundándose a sí misma.
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